Crimen de lesa humanidad alude a un crimen que, por su aberrante naturaleza, ofende, agravia, e injuria a la humanidad en su conjunto.
Las Naciones Unidas han sido los principales responsables de la persecución de crímenes contra la humanidad, ya que fue constituida en 1948. La Corte Penal Internacional en calidad sin una remisión de las Naciones Unidas carece de la amplia jurisdicción para juzgar los crímenes de lesa humanidad, y no puede procesar muchos casos, sobre todo si ocurren fuera de las naciones miembros de la Corte Penal. La CPI tiene jurisdicción sobre genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra.
Según la Corte Penal Internacional, son delitos especialmente odiosos que constituyen un grave ataque a la dignidad humana, humillación grave o una degradación de uno o más seres humanos. Asesinato, exterminio, la tortura, la violación y la persecución política, racial o religiosa y otros actos inhumanos alcanzan el umbral de los crímenes contra la humanidad sólo si son parte de una práctica generalizada o sistemática.
Son crímenes contra la humanidad el asesinato, exterminio, esclavización, deportación y otros delitos inhumanos cometidos contra cualquier civil de la población, antes o durante la guerra, o las persecuciones, raciales o religiosas en ejecución de políticas, o en conexión con cualquier crimen en violación del derecho interno del país donde hubieran sido perpetrados. La persecución sistemática de un grupo racial por otro, como ocurrió durante el gobierno del apartheid en Sudáfrica, fue reconocido como un crimen contra la humanidad por Asamblea General de las Naciones Unidas en 1976.
Se denomina crimen contra la humanidad, según lo establecido por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, a las conductas tipificadas como asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución forzada, esterilización forzada, persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos u otros definidos expresamente; también incluye la desaparición forzada o cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.
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Estos actos también se denominan crímenes de lesa humanidad. Leso significa agraviado, lastimado, ofendido; de allí que crimen de lesa humanidad aluda a un crimen que ofende, agravia, injuria a la humanidad en su conjunto.
El concepto de crímenes de lesa humanidad data de mediados del siglo XIX. Aunque la primera lista de tales crímenes se elaboró al final de la Primera Guerra Mundial, no quedaron recogidos en un instrumento internacional hasta que se redactó la Carta del Tribunal de Nuremberg en 1945.
Los crímenes de lesa humanidad determinados en esta Carta fueron reconocidos al año siguiente como parte del derecho internacional por la Asamblea General de las Naciones Unidas y se incluyeron en posteriores instrumentos internacionales, como los estatutos de los tribunales penales internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda. Ahora se han definido por primera vez en un tratado internacional al aprobarse el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional el 17 de julio de 1998.
Los Estados que redactaron el Estatuto de Roma reafirmaron, por omisión de toda relación con un conflicto armado, que los crímenes de lesa humanidad pueden cometerse en tiempo de paz o durante conflictos armados. Aunque los Tribunales de Nuremberg y Tokio limitaron su competencia respecto de los crímenes de lesa humanidad a los cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, posteriores instrumentos internacionales, jurisprudencia y análisis eruditos han puesto claramente de manifiesto que no es necesario que el acto se comenta durante un conflicto armado para que constituya un crimen de lesa humanidad.
De entre todos los delitos y a modo de resumen, podemos definir los siguientes: el asesinato, que es un homicidio intencionado, el exterminio, que es un asesinato a gran escala para intentar la destrucción de parte o de la totalidad de la población, la esclavitud que es la propiedad sobre las personas, en especial de mujeres y niños, la deportación o expulsión de personas de la zona donde están presentes legítimamente sin motivos autorizados por el derecho internacional, la tortura, dolor o sufrimientos graves, físicos o mentales, causados intencionadamente a una persona y, la violación. La violación y otros abusos sexuales pueden constituir también otros crímenes de la competencia de la Corte. Los crímenes contra la humanidad tienen la especial característica de ser imprescriptibles, es decir que pueden ser perseguidos en todo tiempo.
Auténticos enemigos de la humanidad fueron, por ejemplo los hititas, feroces asesinos y gobernadores de Asia menor hace 4000 años, los asirios, un pueblo belicoso conquistador de Mesopotamia, hace 3000 años. Los Unos fueron unos auténticos salvajes, al igual que los Vikingos, destructores de poblaciones enteras, o los eternos sanguinarios Mongoles. Los Judíos, siempre perseguidos por crucificar a Cristo, derivan sus maldades contra el sufrido Pueblo Palestino.
Adolf Hitler fue un asesino vil y cobarde, Fuhrer del III Reich de Alemania, es sin lugar a dudas el peor de los asesinos, el más malvado de todos. Franco, militar, católico y tirano, tiene decenas de millares de muertes a sus espaldas y un millón de muertos en la guerra que él provocó; en los dos casos apoyados por las armas. Por su parte, el traidor a la humanidad es sin duda alguna, Judas Iscariote predestinado a ser quien entregara a Cristo.
Por otro lado, el emperador romano Calígula, perverso personaje e infame extremo del horror, ejecutó a multitud de personas en una orgía de sangre y muerte. Otro loco emperador, Nerón fue el perverso universal, auténtico engendro de la humanidad. De entre los Papas de Roma tenemos a Alejandro VI, Papa romano de finales del siglo XV, el más perverso que ha ocupado la sede de San Pedro, ejerciendo el poder terrenal del Papado con total indecencia. Felipe II Rey de España, martirio de herejes, denominado “el demonio encarnado” por Holandeses, Ingleses y Franceses, fue acusado de los mayores crímenes, villanías y depravaciones.
Terminamos con los más cercanos, como el repugnante antropófago Idi Amin Dadá, militar chusquero ugandés, que impuso un régimen de terror, contándose irrepetibles horrores de este monstruo. Hay muchos más gusanos, criminales de Lesa Humanidad, como Ceausescu de Rumania, Stroessner de Paraguay, Somoza de Nicaragua, Pinochet, ruin personaje chileno, que se apoderó del estado por la fuerza de las armas y cometió los crímenes más horrendos; los siniestros generales de Argentina, asesinos despiadados de su pueblo; Slobodan Milosevic de Servia, que ordenó eliminar a millares y millares de musulmanes bosnios sin pestañear. Muchos y muchos más están en la lista de criminales contra la humanidad; no son humanos, sólo son alimañas.