El volcán pertenece a Strómboli, la isla más importante de las eolianas, cuyo lado oriental, está cubierto de verde, y salpicado por el blanco de las típicas casitas de arquitectura mediterránea. El cráter del volcán se eleva 926 metros sobre el nivel del mar.
Este volcán, perteneciente a la más famosa y peligrosa de las Islas Eolias, Strómboli, es la joya de la corona de este archipiélago volcánico gracias a su volcán en erupción constante, que ofrece unos grandes contrastes de color, pues su lado oriental está cubierto de verde, y salpicado por el blanco de las típicas casitas de arquitectura eoliana, que forman el pueblecillo de San Vicenzo. Sus playas y el resto de la isla, negra como el ébano, ofrecen a esta roca un aire tétrico y misterioso.
Strómboli es un nombre mítico, un volcán violentamente escupido por el mar de casi 1.000 metros de altura, cincelado por ríos de lava y en constante actividad. El espectáculo que ofrece el volcán de Strómboli, surgiendo del fondo del mar en forma de cono perfecto, y coronado por fumarolas que cambian imperceptiblemente de color, es fascinante, algo digno de ver e irrepetible. No se permite el uso de coches y en la isla y las carretas funcionan como único transporte, no circulan a partir de las ocho de la noche. El año 2000, Strómboli fue elegida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En varias lecturas realizadas en la red, indican que es también importante saber que la luz eléctrica, que por el momento sólo se ha introducido en las casas y hoteles de la principal población, permanece ausente en calles y plazas, por lo que resulta imprescindible viajar con una linterna que será igualmente muy útil cuando se realice la ascensión nocturna a la cima. Nada ni nadie puede pretender buscar aquí grandes lujos y excesivas comodidades, pues el como ya hemos mencionado, el intenso contraste entre el color blanco o rosado de las construcciones, con el negro de la tierra, combinado con un inconfundible olor a azufre, puede producir auténticos escalofríos.
Fotografía procedente del contenedor de imágenes de Google |
Una característica geológica del volcán es el río de fuego, que es una gran depresión en forma de herradura generada en los últimos 13.000 años por varios colapsos en la cara noroeste del cono, por la descienden hasta el mar los bloques de lava y fuego después de las explosiones y, desde la cima del volcán se puede observar en directo el magma incandescente, desde un inmenso embudo que expulsa constantes fumarolas y del que emanan vapores de azufre a casi 200 °C.
Las explosiones de fuego y lava se repiten rítmicamente y, como prólogo a cada erupción, se oye un potente rugido, el suelo tiembla y finalmente surgen los fogonazos. La última erupción violenta fue en 1930 que fue desastrosa para la población residente y que creó un tremendo maremoto. En 1997 se produjo otro estallido que extendió el pánico, pero desde entonces está en permanente vigilancia, con lo que la gente convive con temblores y erupciones desde hace muchos años.
Como todas las Eolias, depende exclusivamente del turismo, hasta el punto que en plena temporada alta será muy difícil encontrar alojamiento. Las playas de la isla tienen arena negra, y son incómodas para los que se pasan largas horas tomando el sol. Unas playas creadas con la arena volcánica que procede de la montaña y que le da una singularidad especial. En referencia a su gastronomía, su plato más típico es el pez espada. Para los aficionados a la arqueología son interesantes las tumbas de la necrópolis griega o los olivos centenarios.
El 15 de marzo de 2007, a las 21:37 horas (hora local), tuvo lugar una importante explosión en el cráter del Volcán Strómboli, similar a la del 5 de abril de 2003, aunque no tan fuerte, arrojando bombas incandescentes que se deslizaron por las laderas del volcán, creando pequeños incendios, mientras caía ceniza en las zonas inhabitadas de la isla. Las erupciones estrombolianas se caracterizan por una explosión intermitente de lavas basálticas en forma de fuente, saliendo de un único cráter. Cada episodio es causado por la acumulación de gases volcánicos y ocurren de forma rítmica unas veces e irregular otras. Los fragmentos de lava consisten en bombas volcánicas que son redondeadas cuando se lanzan volando a través del aire.