En las alucinaciones, el estrés y la ansiedad, pueden producir un
aumento tanto de la frecuencia como en la intensidad de las alucinaciones. Son
percepciones de una realidad inexistente, impresiones falsas. Son percepciones
o engaños que no se corresponden con la realidad.
Las alucinaciones, son percepciones
, es una realidad inexistente, son imágenes distorsionadas de la realidad. La
adicción a las drogas, al alcohol y a otros estupefacientes, produces estos
trastornos neurológicos que son las alucinaciones. Las alucinaciones abarcan
todos nuestros sentidos, visuales, olfativas, del gusto, del tacto y auditiva,
siendo las visuales las más comunes, las cuales son causadas, de forma general,
por traumas significativos o trastornos psicológicos severos. Las auditivas,
son las llamadas paracusias, las cuales consisten en escuchar solidos
inexistentes, generalmente silbidos y chirridos. Los esquizofrénicos suelen
escuchar voces, en la mayoría de los casos. Por su parte, los olores
desagradables, u olores fantasmas, como son el vómito, humo, heces, están
asociados a lesiones nerviosas del sistema olfativo y en las epilepsias. Las
del tacto se asocian a consumidores de drogas duras, con sensaciones de bichos
recorriendo tu cuerpo y, por último las del gusto, asociados a la epilepsia
también, se asocian a sabores inexistentes. El estrés y la ansiedad, del que ya
hemos hablado, pueden producir un aumento tanto de la frecuencia como en la
intensidad de las alucinaciones, siendo una fuente de malestar emocional. En
definitiva, son percepciones o engaños que no se corresponden con la realidad.
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Pueden aparecer las alucinaciones,
por trastornos mentales como es la esquizofrenia, tras un traumatismo, por
epilepsia o demencia, por delirium tremens en los alcohólicos, por abuso de
estupefacientes, por falta de sueño o por la ingesta de potentes medicamentos,
al dormirse o justo al despertar. Pueden desencadenar alucinaciones, la fiebre
alta, la ceguera y la sordera, el SIDA, la insuficiencia hepática y gran
cantidad de demencias.
Para la mayoría de los mortales, las experiencia alucinógenas, son
experiencia normales, puntuales, fugaces y muy comunes, que aparecen en la
transición del estado de vigilia (despierto), al del sueño, o al revés. Cuando
estas aparecen, se trata de percepciones sin objeto, no existen elementos que
las provocan. Las consecuencias de las alucinaciones son la absoluta
inseguridad y el miedo, que pueden producir una agresión sobre uno mismo, sobre
otras personas, objetos, produce culpa y vergüenza. Desde la RANM (Real
Academia Nacional de Medicina), se define la alucinación, como una proyección
exterior de un objeto psíquico sensorializado, siendo imposible calcular el
número de personas que tienen alucinaciones en España.
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