El archipiélago de Fernando de Noronha está dotado de una belleza sin par. El verde esmeralda de su mar contrasta con el azul de su cielo por kilómetros. Fernando de Noronha es un Parque Nacional Marino del Estado de Pernambuco.
Es un archipiélago que está formado por una isla principal, habitada, y una serie de islotes menores. Una parte del archipiélago forma el Parque Nacional Marítimo de Fernando de Noronha, declarado por la UNESCO, patrimonio mundial de la humanidad en 2001. El Archipiélago está formado por la cima de las montañas de una cordillera de origen volcánica, y está formado por 21 islas, peñascos e islotes con un total aproximado de 26 kilómetros cuadrados , teniendo la isla principal una extensión de 17 kilómetros cuadrados.
A 300 kilómetros de la costa nordeste de Brasil, Noronha reúne parajes de una belleza sin igual, en un marco de total paz y tranquilidad. Un lugar en el que, además, existe una preocupación real por la preservación del medio ambiente. Es muy lamentable que una visita al este archipiélago, esté hoy únicamente al alcance de una minoría que puede pagar los caros precios que se cobran.
El territorio fue ocupado por los franceses y holandeses hasta que, finalmente, tomaron posesión los portugueses. Varios sitios históricos conservan vestigios de los últimos colonizadores: Villa de los Remedios, Vila da Quixaba, Parque de Santa Ana y las ruinas de los Fuertes de San Pedro do Boldró, de San Antonio y de Nuestra Señora de la Concepción, hoy en día, ocupa el primer lugar en la lista de los lugares más visitados y admirados por los turistas.
Fotografía perteneciente al contenedor de imágenes de Google. Código: fernando-de-noronha.jpg |
La temperatura media es de 28 grados en la tierra y 26 grados en el mar, teniendo solamente 2 estaciones, una seca de septiembre a marzo y otra lluviosa de abril a agosto, aclarando que el período de lluvias está caracterizado por lluvias esporádicas intercaladas por sol intenso. las playas de Do Sancho, Cacimba do Padre y Baia dos Porcos son las más bonitas de todo Brasil, hay que ir cuantas veces se pueda. Además, hay otras playas que son verdaderos acuarios naturales como la de Atalaya, con acceso limitado y condiciones especiales.
La infraestructura para el turismo es muy básica, consistente en posadas familiares, casi siempre sin agua caliente, pocos restaurantes, y normas muy estrictas de preservación del lugar. Sin embargo, los turistas que van a Noronha, no buscan centros nocturnos ni grandes hoteles, sino que están dispuestos a tener un poco de incomodidades con tal de disfrutar de la naturaleza única del archipiélago. Noronha tiene una gran cantidad de piscinas naturales que permiten el contacto directo con la variada y exótica fauna marina de la región.
En el mirador de los delfines, se puede observar los delfines acróbatas en su ambiente natural. Las tortugas marinas se prestan a observación a partir del mes de noviembre, agrupadas en la superficie del agua, lo que marca el comienzo del período de reproducción de la especie en el archipiélago.
En cualquier playa del Brasil continental los granos de arena están formados por cuarzo y otros cristales, en cambio en Fernando de Noronha, están formados por residuos vegetales y animales como también por roca volcánica y calcárea. Esto hace que la arena se sienta sueva y blanda. Además de sus playas, ofrece senderos, fortalezas antiguas, vegetación exuberante y colinas. En el fondo del mar hay langostas, peces coloridos y corales, que convierten el buceo en una actividad casi obligatoria.
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