Emil Theodor Kocher fue P.N. en 1909 por sus estudios sobre la Fisiología, Patología y Cirugía de la glándula tiroides y, Albrecht Kossel lo fue al año siguiente en 1910, por sus investigaciones en Biología celular, especialmente proteínas y ácidos nucleicos.
Emil Theodor Kocher, nació en Berna, en 1841 y es figura excepcional de una cirugía que ya había asumido plenamente la asepsia y se asentaba sólidamente en la ciencia médica, cuando se imponía una orientación quirúrgica restauradora de las funciones que, además de permitirse a ese fin tanto intervenir sobre tejidos sanos como respetar partes enfermas, realizaba aportaciones de primer orden a la medicina, prefiriendo el trabajo lento, minucioso, sistemático y seguro frente a cualquier forma de apresuramiento en el quirófano.
Estudió en Berna y en otras ciudades europeas, y fue alumno de Bernhard von Langenbeck en Berlín y del gran cirujano Theodor Billroth en Viena. En 1872 obtuvo la Cátedra de Cirugía en la Universidad de su ciudad natal, a la edad de 31 años. Trabajó durante toda su vida en el hospital de Berna y fue fundador de una Escuela de Cirugía en la que se formaron grandes cirujanos. En 1905 fue elegido presidente del Primer Congreso Internacional de Cirugía.
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Fue un investigador infatigable que basaba su práctica en un conocimiento anatómico, fisiológico, patológico y clínico de gran altura, en particular importante su contribución al nacimiento de la endocrinología por sus hallazgos sobre la función tiroidea. La obra de Kocher se extendía a todos los territorios del cuerpo humano. Sólo así puede entenderse que a pesar de haber dado su nombre a cuatro operaciones, una incisión y una maniobra operatoria, un fórceps, un signo y un reflejo. Creó una escuela a lo largo de los 45 años de su labor en Berna, de donde salieron profesionales de la talla de C. Roux, de F. de Quervain o Harvey Cushing.
La comunicaciones de Kocher tuvieron un gran peso en las investigaciones clínicas y experimentales que de forma sistemática dirigió a la Sociedad Médica de Londres en toda Europa desde 1883. Los estudios quirúrgicos de Kocher sobre la glándula tiroides, con cerca de 5.000 escisiones en su haber, le dieron para más de 250 publicaciones, y han contribuido enormemente a mejorar el tratamiento de enfermedades como el bocio, el cretinismo, el mixedema y otras alteraciones producidas por disfunciones de la glándula tiroidea. En 1903 utilizó Kocher la radiación roentgen para tratar el bocio intratorácico, y en 1914 logró el implante de tejido tiroideo de un bocio tóxico humano en médula ósea tibial de un paciente, primer injerto tiroideo homólogo humano. Murió en el año 1917.
El campo de trabajo de Kossel fue la química fisiológica. Sus investigaciones comenzaron al final de los años setenta con el estudio del núcleo celular, y en los años noventa se inclinó cada vez más por el análisis de las proteínas.
Descubrió la histidina e investigó las nucleínas, protaminas, histonas y bases púricas, y la concepción de los aminoácidos como elementos estructurales. Siguiendo con sus investigaciones intracelulares llegó a detectar algunas cadenas de aminoácidos en el núcleo de las células y a determinar la proporción y función del ácido fosfórico en la molécula.
Demostró que en la hidrólisis de las nucleoproteínas hay dos componentes: uno es una proteína y el otro el ácido nucleico que, a su vez, está formado por timina y adenina, en definitiva, establece las bases de la estructura del ADN, al estudiar las nucleoproteínas, mostrando que consistían en una porción proteica y otra no-proteica, hoy por hoy algo trivial en las ciencias naturales de la ESO.
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