lunes, 5 de julio de 2010

91.- Las aves mas bellas del mundo-2: AVE DEL PARAISO.


El Ave del Paraíso es un grupo de aves originarias de Nueva Guinea, viven en las copas de los grandes árboles de la selva y la belleza de su plumaje, es su peor enemigo.

Hay unas cuarenta especies comprendidas en diez géneros, la mayoría con hábitat en Nueva Guinea, encontrándose sólo algunas de ellas en la costa nororiental de Australia. Son aves omnívoras, componiendo su alimentación, frutas, insectos y otros animales pequeños. Viven en las copas de los grandes árboles de la selva, a cuarenta metros de altura, lo que ha hecho muy difícil fotografiarlas. Algunas de las especies, poseen en sus alas y colas, plumas modificadas que semejan alambres formando densos ramilletes.
Como sucede con muchas otras especies, la belleza es su peor enemigo, lo que ha atraído a numerosos cazadores, por sus plumas, que se venden muy bien en mercados tan de China, Corea, Japón, Europa y Estados Unidos, por lo que el número de ejemplares en la mayoría de las especies, está en franco retroceso.
Al comprender muchas especies bajo el nombre Aves del Paraíso, estas son de lo más variadas en tamaño y en plumaje. Se puede encontrar la más grande de 110 centímetros hasta la mas pequeña de sólo 15 centímetros, o lo que es lo mismos desde 50 gramos a casi ½ kilo.
Las más famosas de las Aves del Paraíso, son las del género paradisaea, que comprende siete especies de una belleza increíble, entre ellas la más conocida es el Ave del Paraíso Grande, del que es muy conocido y elaborado el baile de apareamiento que comprende la limpieza del terreno, movimientos especiales y muestra de su plumaje.

Fotografía perteneciente al contenedor de imágenes de Google.
Código: usr4583_gal8.jpg
Un habitante de la selva de la inmensa Indonesia, es quien mayor admiración ha suscitado de entre todos: la gran ave del paraíso, una de las aves más fascinantes que el mundo conozca, la Paradisaea apoda, y año tras año, los mismos machos eligen la misma rama del mismo árbol para llevar a cabo sus danzas y fabulosos bailes para seducir a tantas hembras como puedan, haciendo gala de toda la belleza que les confieren sus plumas.
Terminamos indicando lo que comentábamos al principio, y es que fotografiar o filmar los cortejos representa todo un reto que pocos han conseguido, pues se debe subir a los árboles de hasta 40 metros de altura, luego hay que construir un escondrijo de hojas tradicional, y tener una paciencia infinita, sólo entonces se podrá obtener alguna imagen, con mucha, muchísima suerte.

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