Entre dunas, rocas y pedregales, los exploradores del Sahara descubrieron la existencia de un mundo húmedo hace miles de años: ríos, lagos y mares interiores.
Los 9 millones de kilómetros cuadrados que ocupa el desierto de Sahara en más de 10 países, lo convierten en el desierto más extenso, más caluroso y más impresionante de la Tierra. En Asia, el desierto más extenso es el de Gobi. Las temperaturas son extremas y el paisaje es sobre todo rocoso y desolado. Otro ejemplo es el desierto de Taklamakan, en Asia Central, ofrece uno de los casos más interesantes, pues es un desierto cubierto de nieve. Si bien es uno de los más extensos desiertos de arena, el clima es amargamente frío.
Almásy, como gran explorador que era, interpretó sus descubrimientos diciendo que podía asegurar que el Sahara no ha sido siempre un mar de arena y rocas sin vida, como hoy lo contemplamos, esto ya no se pone en duda que el desierto cálido más grande de la Tierra fue un enclave de agua en la Prehistoria, donde se hallaron antiguos cauces fluviales y lagos. Incluso unas extrañas brechas en las rocas del sur de Libia atestiguan la antigua presencia de un imponente glaciar, que avanzó por la cuenca hace cerca de 440 millones de años.
El colapso climatológico, cuyo efecto evidente fue la desertización de la región, tuvo como consecuencia no sólo el inicio de importantes oleadas migratorias, sino que dio lugar a un singular imperio de la escasez crónica. Los mares de arena cubren apenas una cuarta parte de su superficie, mientras grandes extensiones están ocupadas por desiertos de piedras y grava, y otras, por cadenas montañosas.
En las mesetas, el tiempo fue puliendo los valles cubiertos de rocas y peñas, surgiendo grandes superficies de trozos desmenuzados, luego el viento y el agua se llevaron esos trozos y los granos de arena o el agua los arrastró en su continuo fluir hasta las llanuras, y cuando la sequía se apoderó de la región, estos depósitos se transformaron en grandes extensiones de grava o arena.
En muchos desiertos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad. En el desierto sólo logran sobrevivir algunos animales como lagartijas, serpientes, arañas, lechuzas, alacranes, ardillas, buitres y coyotes y, al igual que en la fauna, sólo se adaptan algunas plantas que se protegen de los animales con espinas y con gruesas capas exteriores como cactus, palmeras, nopales y diversos arbustos y plantas de los bellísimos oasis del desierto.
El clima ha variado sucesivamente en el Sahara. En las épocas secas, los lagos retrocedían y las plantas quedaban circunscritas a pequeñas manchas de vegetación. Después, con el regreso de las lluvias, los lagos se llenaban y parte del Sahara se transformaba en sabana. Las poblaciones humanas han seguido el mismo pulso vital. En las épocas húmedas florecían. Cuando volvía la sequía, retrocedían o desaparecían.
Trabajando a bordo de barcos de investigación científica en el Atlántico, varios investigadores han comprobado que, los vegetales consiguen crecer en estas regiones porque son capaces de sacar provecho de los minerales de hierro que arrastran las tormentas de arena del Sahara, los que les permite usar material orgánico de otras plantas muertas cuando el contenido de nutrientes esenciales en el agua, como el fósforo, es bajo.
Terminamos indicando que es muy interesante internarse en las infinitas arenas de este mar de arena que es este desierto, que aún siendo emblemático, es realmente bellísimo. Lugar de grandes contrastes térmicos, pues durante el periodo diurno puede alcanzarse una temperatura de 55 ºC, mientras que durante la fase nocturna de la jornada, la temperatura puede alcanzar -30 ºC. Con 80 grados centígrados de diferencia en un día, a lo largo de los cientos o de los miles de años, no hay roca que lo resista, convirtiéndose en ese mar de arena con el que hemos titulado este paisaje.
Fotografía perteneciente al contenedor de imagenes de Google. Código: DSC00426.jpg |
Muy interesante todo el artículo. Enhorabuena Javier.
ResponderEliminarLindos paisajes.....aunque no me gustan mucho los desiertos :)
ResponderEliminar