104.- Las aves mas bellas del mundo- y 15: LAS LECHUZAS.

Es una de las especies más singulares de la avifauna nocturna y, siempre ha existido un halo de misterio en torno a la figura de esta peculiar rapaz.

Es un ave de mediano tamaño, de unos 35 cm de longitud y envergadura de 90 centímetros, con un peso medio para los adultos de 350 gramos y sin diferencia aparente entre ambos sexos. Presenta el dorso y partes superiores de las alas de colores rojizos, con tonalidades doradas y tonos grisáceos. La cabeza es amarilla dorada con tonos grises en la parte más alta.

La cabeza de la lechuza es redondeada porque no tiene orejas. Sus ojos de color negro intenso destacan mucho sobre el fondo blanco de la cara con forma de corazón. Es un animal sedentario, por lo que no realiza ningún tipo de migración. Es un ave nocturna, por lo que caza de noche. Son animales solitarios, viviendo en parejas en la edad adulta. Sabiendo que las lechuzas utilizan el oído como principal sentido para la localización de sus presas, es comprensible el significado evolutivo del aspecto de su rostro.

La lechuza se alimenta de ratones y otros roedores y de pequeñas aves, sobre todo de gorriones dado que son más fáciles de encontrar en los lugares humanizados donde vive. Es frecuente encontrar lechuzas en construcciones humanas que en zonas más naturales como campos o parques forestales, donde estas aves tienen más dificultades para encontrar refugios donde hacer sus nidos.

En época de cría caza muchos más ratones que los gatos más experimentados, pues se han contabilizado más de un centenar de capturas al mes para una familia de lechuzas. Las lechuzas son expertas cazadoras de ratones; prácticamente no comen otra cosa. Persigue a los ratones, lagartijas y otras sabandijas; caza siempre al anochecer y también al amanecer, y se mueve durante toda la noche sin que la oscuridad le impida la visión. Una vez capturada, la presa es rápidamente muerta de un certero picotazo en la nuca.

Fotografía perteneciente al contenedor de imágenes de Google.
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La lechuza está presente en toda nuestra geografía, ocupando campanarios, ruinas y casas deshabitadas, pero sólo sale de noche. Debido a su color blanco, no quiere ser vista durante el día y el mejor color para pasar desapercibida entre las piedras de los campanarios es el color blanquecino, similar al granito.

Sus garras se encuentran parcialmente recubiertas de plumas Tienen los dedos cubiertos por unas cerdas de tono blanquecino, color que habitualmente no conservan debido a la suciedad. Es poseedora, al igual que casi todas las aves de presa, de unas extremidades inferiores con afiladas uñas de color negro. Animal de vista extraordinaria; los ojos están, a diferencia de muchas aves, dirigidos hacia delante, lo que les permite calcular perfectamente las distancias. Sus ojos poseen una retina pobre en conos, pero muy rica en bastones, por lo que, de este modo, puede ver a sus presas en una oscuridad casi total.

Las poblaciones de estas aves son muy fluctuantes en número, principalmente en países de clima continental, donde los inviernos muy duros reducen a veces drásticamente la cantidad de lechuzas comunes. No construye nido, sino que pone los huevos en un montón de egagrópilas que devuelve, hechas con los restos no digeridos de sus presas: pelos, plumas y huesos.

Utilizan cualquier hábitat de la Comunidad Valenciana, incluso las zonas pantanosas o marjales, y, por regla general, no suelen sobrepasar altitudes superiores a los 1.200 metros. A la población sedentaria se le une durante el invierno ejemplares procedentes del norte de Europa.

Su vuelo es ondulante, un poco pesado el primer batir de alas, pero enseguida alcanza gran velocidad, llegando a ser bastante acrobático y, difícil de detectar debido a sus costumbres crepusculares y a no emitir un sonido lo suficientemente fuerte como para detectarlo con facilidad.