viernes, 4 de marzo de 2011

152.- PARQUES NACIONALES DE ESPAÑA-13/14 (Tablas de Daimiel).

Se trata de un humedal en Peligro de Extinción. La formación de las Tablas se produce por la confluencia del Cigüela, de aguas salobres, y el Guadiana, de aguas dulces. Representa los ecosistemas ligados a las zonas húmedas continentales.


Es uno de los principales ecosistemas que están ligados a las zonas húmedas continentales, y con una extensión de 1928 hectáreas, presenta grandes poblaciones de aves acuáticas , entre las que podemos citar entre otras, el somormujo lavanco, el zampullín común y el cuellinegro, gran variedad de garzas, garcillas, martinetes y todo tipo de anátidas ibéricas. Entre la flora, las plantas acuáticas son el substrato básico de Las Tablas de Daimiel, y los únicos árboles presentes son los tarayes, en el fondo de las lagunas aparecen unas pequeñas algas verdes. En las orillas crecen los carrizos, las masiegas, juncos y la enea.
Con la declaración como Parque Nacional, (Decreto 1874/1973, de 28 de junio, por el que se declara Parque Nacional a Las Tablas de Daimiel y se crea una zona de reserva integral de aves acuáticas dentro del mismo, BOE número 181, y reclasificándose posteriormente por la Ley 25/1980, de 3 de mayo de 1980. Reserva de la Biosfera.1982. Humedal de Importancia Internacional. Las Tablas dieron un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de la Mancha, asegurando así, la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada.
Bajo la superficie de Las Tablas existe un armazón de piedra caliza. El Karst fisurado que se sitúa bajo La Mancha es el mayor de cuantos se conocen en nuestro país. A lo largo de los siglos, la filtración del agua de lluvia fue primero descomponiendo la caliza, para después empaparla y convertirla en una descomunal esponja mojada. Una vez llena, comenzó a soltar agua, originado el paraje más singular de la geografía manchega: Los Ojos del Guadiana.

Fotografía perteneciente al contenedor de imagenes de Google.
Código: 3333.jpg

Este es el origen de Las Tablas de Daimiel, resultado de la unión de las aguas del Gigüela y el Guadiana (15 km aguas abajo de su renacimiento en los Ojos), dan lugar a un amplio desbordamiento, formando grandes encharcamientos y superficies de inundación debido a la escasez de desniveles en el terreno y, hasta hace pocos años, ambos cursos fluviales mezclaban sus aguas durante los desbordamientos, creando un ecosistema muy peculiar. Por un lado, el río Gigüela, que procede de la serranía conquense, aportaba aguas salobres, mientras que el río Guadiana contribuía con el aporte de aguas dulces.
Ahora, la realidad es bien diferente. Como consecuencia de la sequía de años anteriores y de la sobreexplotación de las aguas subterráneas para el regadío, el único aporte de agua de origen superficial que entra en Las Tablas procede del río Gigüela que, gracias a las lluvias de estos años atrás, vuelve a entrar por superficie en el Parque. Daimiel comenzó a secarse. La turba seca prende por autoignición o por la propagación de un incendio forestal cercano, como así ocurrió en 1988 y más recientemente en 2009. Al secarse la turba, también se encoge y agrieta el terreno, agrandado así los canales en el interior de la turba. Estos canales permiten el movimiento de aire hacia el subsuelo y el escape de humos de un incendio de combustión latente en el interior de la turbera.
Las Tablas fueron visitadas por ilustres naturalistas como Felix Rodriguez de la Fuente que, como paraje de singular característica, despertó en ellos un creciente interés poniendo de manifiesto sus riquezas faunísticas y botánicas, con sus publicaciones científicas, haciendo que la atención mundial se centrara en este punto del solar manchego.
El incendio subterráneo de sus turbas que es un proceso natural de autocombustión por las altas temperaturas y la falta de agua, se ha extinguido, la situación del parque tras el verano y el trasvase de emergencia desde el acueducto Tajo-Segura a Las Tablas y las intensas lluvias y nevadas caídas en la zona desde finales de diciembre, han cambiado por completo el aspecto de este humedal único en España.
Por último, a nivel cultural, destacan los molinos: la fuerza con la que tradicionalmente corría el agua de los ríos podía mover piedras de moler; así, en Las Tablas y sus alrededores se llegaron a contabilizar hasta 14 molinos, alguno de los cuales se remonta a la Edad Media. Los molinos eran núcleos sociales donde se molía el trigo, se vendía la pesca y la caza, se podía comer, dormir e intercambiar productos.
La mejor época para visitarlo es la primavera y el invierno y el mejor momento las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Hay que saber que existe un Centro de Visitantes en el que podrá encontrar información sobre el Parque y desde el que se pueden realizar Visitas Guiadas gratuitas.

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