martes, 2 de marzo de 2010

22.- Los animales también juegan: El comportamiento lúdico fundamental en la socialización.



Virtualmente, todos los biólogos están de acuerdo en que el jue­go desempeña un importante papel en la socializaci6n de los mamíferos y, cuanto mas social e inteligente es la especie, mas elaborado es el juego. El animal experimenta con las cosas de su medio ambiente y aprende así a conocer sus características.

El juego es una conducta exclusiva de las formas superiores de vida, no observándose este comportamiento en los invertebrados, ni tampoco en pees, anfibios y reptiles entre los vertebrados, siendo raro en las aves. Resulta evidente que sólo juegan verdaderamente aquellos animales que "aprenden", aquellos que buscan nuevas situaciones por propia iniciativa, o sea, que son curiosos y ensayan nuevos comportamientos para aprender con ello. En sus juegos, los animales desarrollan verdaderas modas, es decir, que en determinadas épocas se ocupan con más frecuencia de un determinado juego, hasta que dominan completamente lo que han aprendido; entonces pierden el interés por ese juego y buscan alguno nuevo.
La definición de juego, podría ser controvertida, pero sabemos intuitivamente que el juego es un conjunto de actividades placenteras y con frecuencia, pero no siempre, de naturaleza social, que imita las actividades serias de la vida sin consumar fines serios. ¿Que secreto encierra el juego que lo convierte en una actividad tan importante y que se realiza de manera tan diferente a las otras formas de conducta? Podríamos decir que la cualidad juguetona del juego es una señal destinada a los otros miembros del grupo, asegurándose que sus acciones no provocan alarma en sus madres, pero experimentando un proceso de entrenamiento para la vida futura. De esta manera sus padres no se preocupan, pues en las acciones del juego se presentan elementos exagerados y circenses que podrían ser interpretados por sus progenitores como que, realmente, están huyendo de un depredador o que están luchando con un rival temible.


Fotografía perteneciente al contenedor de imagenes de Google.
Código: animals_51270.jpg
Los exagerados movimientos lúdicos se encargan de dejar bien establecido que el juego ha comenzado y así deben entenderlo no sólo los padres, sino los compañeros con los que se entablan las actividades de juego social. En definitiva, en los juegos con sus congéneres, los animales pueden luchar, cazar o huir ante el enemigo, pero casi siempre sus juegos se diferencian claramente de los comportamientos serios. Por otro lado, las señales de invitación al juego son sumamente características.
Los humanos recurrimos a la sonrisa y a la risa; los chimpancés presentan la boca abierta y los labios extendidos sobre los dientes para cubrirlos; los perros, par su parte, inclinan su cuerpo con las patas delanteras totalmente flexionadas y las traseras estiradas, quedando la cabeza casi a ras de suelo y el rabo por el aire; los coyotes se retuercen; las mangostas menean la cola y los gatitos realizan acometidas fingidamente agresivas (retomaremos este ultimo ejemplo con posterioridad). Tal vez sea significativo que las especies que juegan con mas intensidad y frecuencia sean las que tiene un estilo de vida mas oportunista.
Cuando los problemas de la supervivencia están solucionados y asegurados par los padres, que los alimentan y los limpian, se desprende que cuando sea adulto deberá exhibir cierta inclinaci6n al juego y, ciertamente, es precisamente lo que observamos en nuestros perros y gatos domésticos, pues incluso los individuos de edad avanzada siguen jugando de vez en cuando. En cierto sentido, estos animales tienen una relación infantil con sus dueños humanos que, al alimentarlos y protegerlos, hacen las veces de padres. Veamos ahora el comportamiento del gatito con respecto a sus actividades de distracción.
Los modelos mas prolongados y elaborados y que hacen a los gatitos tan fascinantes de observar, son los presagios de las maniobras básicas de caza del animal adulto. Cuando el animalito observa el extremo de una cuerda, se desliza par el suelo con la cola crispada, abalanzándose sobre esta para abatirla con sus garras, siendo los movimientos exactos con los que un gato adulto atrapa a un ratón. Cuando la cuerda se suspende en el aire. el gatito le da caza de la misma forma que un animal adulto lo hace con un pájaro que emprende el vuelo, saltando y uniendo sus garras para alcanzar al objeto en el aire.
Como puede suponerse, la especie animal que se dedica a las más elaboradas y numerosas formas de juego es el chimpancé, el mas inteligente de los antropoides y el pariente más próximo del hombre. Sin contar con la expresión facial antes mencionada, la lucha con los dedos y las cosquillas resultan ser las formas mas comunes de juego entre adultos y jóvenes. Si no han jugado con palos, no saben que con ellos pueden alcanzar un plátano que se encuentre fuera de la jaula.
Por último, no es necesario decir que el animal humano, la especie mas inteligente y oportunista del planeta, es también la más juguetona, pues el juego humano es una experimentación de las propias habilidades y gran parte de nuestras actividades sociales son formas maduras de juego. Así, nuestra lúdica curiosidad ha dado lugar al arte y a la investigación científica.
EI juego de la caza se ha convertido en un deporte y el juego acrobático en la danza y la gimnasia, siendo muy interesante el juego de la lucha, al que hemos cambiado el nombre por el de la política. La singularidad del hombre es su capacidad de jugar también en su fantasía. Los niños y muchos adultos sabemos, por propia experiencia, que también jugamos con nuestra imaginación cuando soñamos despiertos.

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