La vida, va terminando,
o empezamos a morir, en el momento que empezamos a ser concebidos. La esperanza
de vida es de 83,3. Incrementada por los beneficios de la dieta mediterránea,
por los avances de la medicina y por los progresos técnicos, industrial y
medioambiental
La vida, aunque empieza en el
momento de la fecundación, va terminando, o empezamos a morir, en el momento
que empezamos, no a nacer, incluso a ser concebidos, es decir desde este
desarrollo de los nueve meses. La esperanza de vida hoy en día, según los
expertos, es de unos 83,3 años aproximadamente, esperanza incrementada por los
beneficios de la dieta mediterránea, por los avances de la medicina y por los
progresos técnicos, industrial y medioambiental. No es una cosa tan fluctuante
como parecería aquí. Desde tiempo inmemorial, desde la época del Neanderthal o
del Cro-magnon, la esperanza de vida de los seres debería ser aproximadamente
igual y, por lo tanto, si ahora se prolonga, con esas cantidades y en un plazo
tan corto de tiempo, es porque evidentemente no morimos. Prolongamos
artificialmente nuestra vida.
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El morir, es algo que tenemos
programado, pero los humanos nos resistimos a ello. Realmente vivimos por un
periodo de tiempo, pues la naturaleza se comporta así, porque lo que quiere es
darle un momento de oportunidad a la evolución. Lo que hace falta no es que nosotros
estemos en este mundo, lo importante es que dejemos descendientes, que a su vez
dejaran descendientes y asi con el paso del tiempo, van a mejorar las especies.
Lo que sobrevive es la especie, el individuo no. A la naturaleza no le importa
absolutamente nada los individuos actualmente vivos. Una vez que ha nacido, el
cuidado de los padres y de la sociedad, para conseguir llegar a adultos y tener
hijos. Una vez que tenemos los hijos, estamos de más, y si aguantamos en el
mundo, es porque recurrimos a una serie de técnicas para prolongar la vida.
Fotografía perteneciente al contenedor de imágenes de Google. Código individual: muerte.jpg |
Intentos de alargar la vida, son
muchos, uno de ellos es la crionización o la vida suspendida, también llamada
hibernación artificial, sería una muerte atrasada o aplazada, con medios
artificiales no se puede alargar la vida durante cientos y cientos de años, la
vida en un futuro se puede medir en unos 120 años, no más. Se podrá subdividir
en periodos de tiempo mediante la criocongelación, pero nunca superar a la edad
biológica prefijada para la especie. Hoy en día hay sociedades llamadas
crionics, donde hay cadáveres en suspensión, incluso solo las cabezas a 190
grados bajo cero, esperando algún día resucitar para ser curados de alguna
enfermedad hoy letal.
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No es muerte natural aquella que
cuando se produce, no la espera nadie, un gran traumatismo como puede ser un
accidente, sería una muerte no natural. La muerte natural, es cuando termina la
vida, después de la vejez, la cual no significa pérdida de facultades. En la
vejez hay gran aprovechamiento, como muchos músicos, que en su edad avanzada,
estaban absolutamente plenos de facultades, o científicos como nuestro Santiago
Ramón y Cajal que hasta 1934, que fue cuando murió a los 82 años, siguió siendo
esa cabeza lúcida que seguía estudiando e investigando para hacer la vida más fácil
a los que llegamos mucho después. La muerte natural, cuando más tarde, mejor.
Estos libros que pongo aquí, son muy interesantes, tanto en su lectura como en su contenido. La escritora presenta un texto ameno, entretenido y de perfecta escritura, en definitiva grandes libros que no tienen nada que envidiar a los publicados por grandes editoriales. Disponibles en ebook y en tapa blanda.
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