ABORÍGENES DE AUSTRALIA
Es una historia dura y triste, difícil de olvidar y con muchas consecuencias en el presente. Los aborígenes de Australia son los pueblos indígenas que habitan el continente australiano y las islas circundantes desde tiempos prehistóricos. Se cree que llegaron a Australia hace unos 50.000 años a través de un puente terrestre que conectaba Asia y Australia durante la última Edad de Hielo.
Los aborígenes de Australia se han adaptado al entorno australiano durante milenios y han desarrollado una rica cultura y tradición.
La tasa de encarcelamiento de indígenas sigue siendo desproporcionadamente alta en comparación con la población australiana en general y continúan las muertes de indígenas detenidos. De hecho, el número de aborígenes detenidos ha aumentado notablemente desde la presentación del informe final hace 30 años.
Desafortunadamente, los aborígenes de Australia han sufrido la colonización y la discriminación a lo largo de la historia de Australia, incluyendo la confiscación de sus tierras y la prohibición de sus prácticas culturales. A pesar de ello, los aborígenes de Australia han mantenido y luchado por preservar su cultura y tradiciones, y en la actualidad tienen reconocidos derechos y una representación significativa en la sociedad y el gobierno australiano.
En algunos casos la palabra aborigen se utiliza como sinónimo de “indígena” o de “poblador originario”, pero un aborigen se diferencia de los pobladores originarios sin más en que preserva la cultura de su etnia.
Los indígenas se caracterizan por determinados rasgos físicos muy demarcados, como piel oscura, el pelo grueso y negro, y los rasgos faciales distintivos, como la nariz ancha y los pómulos altos Su vestimenta varía según el tipo de clima de la zona que habitan y suelen usar prendas confeccionadas con tejidos y pieles de animales.
Los aborígenes de Australia tienen una conexión profunda y espiritual con la tierra, y consideran que todas las cosas están interconectadas. Para ellos, la tierra no es simplemente un recurso a explotar, sino un ser vivo que hay que cuidar y respetar.
El proceso de colonización británica en Australia fue tan mortífero que bien podría calificarse como genocidio. En 2016, la población aborigen australiana contaba 727.500 individuos.
El gobierno robaba principalmente a los niños de raza mixta, es decir, de piel clara. Los capacitaban para trabajar de sirvientas o trabajadores agrícolas, y les forzaban a rechazar su identidad y cultura.
Los ingleses declararon que Australia era terra nullius, es decir, sin habitantes humanos, y así justificaron el despojo de las tierras indígenas y el saqueo del continente. Arrebataron las tierras fértiles y arrojaron a los aborígenes a las zonas áridas del interior. Les encadenaron como animales, cuando no los mataron.
A la gran mayoría de las familias aborígenes les quitaron hijos y en algunos casos eso se repitió varias generaciones. Muchos niños nunca volvieron a ver a sus padres y hoy en día todavía muchos los buscan.
Un tercio de los indígenas viven en las principales ciudades australianas (el 32%, el equivalente a 165.800 personas). Otro 45% se reparte entre las regiones continentales y los territorios insulares. Y cerca del 25% viven en las regiones desérticas del interior, llamadas remotas.
Nueva Gales del Sur (NSW) concentra la mayor proporción de la población indígena de Australia (152.700 personas), seguida muy de cerca por Queensland (144.900 personas).
La capital australiana, Camberra y sus alrededores, es la zona que menos indígenas australianos alberga 4.300 personas.