El bosque de Arrayanes es sobrecogedor, y las sensaciones que provoca van desde el asombro y la maravilla al respeto y la emoción. Un lugar mágico
y único en el mundo.
Los arrayanes son una gran formación arbórea única y exclusiva del mundo, con ejemplares con más de 100 años con troncos anchos. La corteza de este árbol es fría, lisa y de un suave color canela con manchas blancas y alturas que superan los 15 metros como mínimo, absolutamente espléndidos. Es el único Parque Nacional dentro otro Parque Nacional, el Nahuel Huapi.
Estos ejemplares son una de las especies más características y hermosas de la región lacustre de los Andes patagónicos. El arrayán es un árbol o arbusto de follaje persistente. Crece en terrenos muy húmedos, en las riveras de los ríos y lagos. Suelen hallarse gran número de individuos formando bosques casi puros.
Sus hojas son siempre verdes, opuestas, aromáticas, de color verde oscuro, brillante en la cara superior y verde pálido en la inferior. Es un tipo de bosque único en el mundo, debería contarse entre los espectáculos más bellos que la naturaleza puede brindar en Argentina, con esos árboles centenarios de más de 15 metros de altura y en una densidad y colorido asombroso.
Fotografía perteneciente al contenedor de imágenes de Google. Código: Paseo_2092970981.jpg |
Entre los habitantes de la región, se encuentra el cormorán imperial es un ave marina, una de las pocas poblaciones de agua dulce, nidifica en los paredones rocosos de las costas de Isla Victoria e Isla Menéndez. En las costas de lagos y lagunas internas habita el huillín, un mamífero acuático nativo en peligro de extinción. El picaflor más austral del mundo es el rubí, se alimenta principalmente del néctar de las flores rojas de estos bosques. Entre las aves que habitan el bosque se encuentra el Zorzal Patagónico y el Chucao, mientras que las orillas del lago Nahuel Huapi son frecuentadas por Hualas o Macáes Grandes y Garzas Brujas.
Si bien puede ser observado aisladamente formando parte del bosque junto con otras especies, en la Península de Quetrihué se lo encontrará formando un bosque casi puro, abarcando una superficie aproximada de 12 ha. En la estación estival, sus pequeñas y exquisitas flores blancas visten las ramas para dejar paso en otoño a los frutos comestibles de color negro violáceo.
El encanto de los arrayanes distingue el paisaje, los imponentes árboles con sus caprichosas formas de llamativo marrón rojizo, se asemejan a los escenarios de duendes y elfos de los cuentos. En la laguna Patagua, que toma su nombre de otra especie arbórea típica de zonas pantanosas, conviven patos biguá, vapor y gallareta con otras aves como el pájaro carpintero, el zorzal patagónico, rayaditos y chucaos, que se dejan ver si se pasa en silencio.
Las especies introducidas como el jabalí, el ciervo colorado y la liebre europea amenazan la conservación de este entorno ambiental, al igual que el ganado vacuno perteneciente a dueños privados de un determinado sector de la península de Quetrihué. El pastoreo de estos animales altera la vegetación nativa y erosiona el suelo. A poca distancia, y en el centro del lago Nahuel Haupí, se ubica la Isla Victoria. Cubierta por una flora exuberante en la que se destaca el bosque de pinos gigantes y una fauna variada.
Antes de llegar, uno puede preguntarse por qué dicen que el Bosque de Arrayanes es un lugar mágico, y apenas se pone un pie en este lugar, es fácil adivinarlo, aquí todo es color canela y el aire que se respira no puede ser más puro.