Situado a 30 metros de profundidad en el fondo del lago Traful, en la Patagonia, el bosque sumergido recrea un paisaje de auténtica fantasía, y la sensación en esta zona se asemeja más a volar que a bucear.
El bosque sumergido se forma después de un terremoto ocurrido en 1960 que sufrió la región de Osorno en Chile, cuando se produce el desmoronamiento de una ladera boscosa que termino sumergida en el fondo del lago con ejemplares de hasta 30 metros de altura, y que asoman en la superficie del lago que es uno de los espejos de agua de la Cordillera de los Andes en la Patagonia Argentina.
Este lago de un inconmensurable color azul profundo, forma parte del Parque Nacional Nahuel Huapi, el mayor y más antiguo parque de Argentina con 700.000 hectáreas, con un ambiente propio de los bosques subantárticos con árboles como el cohihue, cipres, ñire, radal y arbustos como el sauco, retamo y la caña colihue. El bosque está compuesto por unos 50 o 60 ejemplares de cipreses completamente secos y desprovistos de hojas, de color gris claro que se asemejan a agujas de gran tamaño.
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Fotografía perteneciente al contenedor de imagenes de Google. Código: lago-traful-bosque-sumergido-de-la-patagonia-05.jpg |
Las formas y tamaños de los troncos son muy diversos, siendo el paisaje subacuático muy distinto al marítimo, pero nada deja de ser impresionante. La vida es pobre en el lago, pocas especies pero muy numerosas, como el salmón encerrado, originario de los Estados Unidos que se ha adaptado muy bien a la zona del Lago, o también la trucha arco iris, que se distingue por sus tonalidades azuladas o verdosas en el lomo. Entre las especies nativas se encuentran el puyen, la perca y el pejerrey patagónico.
Sorprende que a pesar de los años que permanecieron allí, esos cipreses no han perdido su distinción y su tronco erguido, parecen centinelas vigilando la costa, es por ello un misterio de la naturaleza y un paseo fantástico para los amantes del buceo, que llegan desde muy lejos para vivir esta experiencia y llevarse excelentes fotos subacuáticas. Dicen que allí la luminosidad, especialmente del mediodía, permite bajar hasta las raíces mismas de los árboles
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